El interés por el estudio de las enfermedades de los trabajadores es muy antiguo, sin embargo, la era moderna en materia de salud ocupacional, inicia con diversos estudios en el ámbito de las profesiones. Durante el siglo XVII aparecen estudios como los de Glauber que analiza las enfermedades de los marinos, Porcio y Secreta hacen lo propio con las enfermedades de los soldados, Plemp estudia las enfermedades de los abogados, Kircher escribe “Mundus subterraneus” donde describe algunos síntomas y signos de las enfermedades de los mineros como tos, la disnea y la caquexia. En 1665, Walter Pope publica “Philosophical transactions” donde se refiere a las enfermedades de los mineros producidas por las intoxicaciones con mercurio.
Un número considerable de obras y autores que analizan y estudian el tema de la salud en el trabajo, la seguridad industrial y la salud ocupacional, coinciden en reconocer a Bernardino Ramazzini, como el precursor en la materia y fundador de la medicina del trabajo en la era moderna.
Este médico italiano, publicó sus estudios en 1700 en el libro “De Morbis Artificum Diatriba” (De las enfermedades de los trabajadores), ocupándose de las minas metálicas y poco a poco abarcó más profesiones. La primera edición de esta obra incluye 42 profesiones y 54 en la segunda de 1743: “El recorrido completo que hace el autor en su estudio sobre los distintos “artesanos”, abarca desde los mineros, doradores, médicos, alfareros, tabaqueros, destiladores, trabajadores de las salinas, vidrieros, pasando por el estudio de los artesanos que trabajan de pie o sentados y acabando con los oficios castrenses, tejedores, poceros, cazadores y religiosas entre otras ocupaciones”.
Ramazzini, profesor en la Universidad de Padua, tuvo el mérito de haber sido el primero en realizar el trabajo más amplio y profundo sobre salud ocupacional hasta entonces, al efectuar una sistematización rigurosa en este vasto campo del conocimiento en el siglo XVII. También escribió libros sobre epidemiología, que fueron de gran utilidad para posteriores investigaciones en salud ocupacional. Ramazzini consideraba que el estudio y prevención de las enfermedades de los trabajadores era una práctica “eminentemente social”.
En su obra “De las enfermedades de los trabajadores”, ofreció un examen minucioso de los factores etiológicos de las afecciones propias de los distintos oficios que existían antes de la revolución industrial en la sociedad estamental del “antiguo régimen”. Se le conoce por haber publicado estudios sobre la peste bovina y sobre el paludismo. Sin embargo, la historia de la medicina le atribuye haber sido el autor del primer tratado sistemático de lo que llamamos medicina laboral, hito de la investigación de los factores sociales que causan y configuran las enfermedades. Su libro estudia los peligros para la salud de productos químicos, polvo, los metales, los movimientos repetidores o violentos, las posturas impares, y otros agentes causativos de enfermedades, encontradas en los trabajadores de 54 ocupaciones. Él propuso que los médicos extendieran la lista de preguntas que Hipócrates les recomendó preguntar a sus pacientes agregando, “¿Cuál es su ocupación?”.
Casi dos siglos después, en 1931, Herbert William Heinrich, publicó su libro “Prevención de accidentes industriales, un enfoque científico” (Industrial Accident Prevention, A Scientific Approach), estudio que se considera pionero en materia de la seguridad industrial estadounidense. Una conclusión empírica de su libro pasó a ser conocida como la Ley de Heinrich, que establecía que por cada accidente de trabajo que produce una lesión grave o mortal, se producen 29 accidentes que dan lugar a lesiones leves y 300 incidentes o accidentes sin daños personales.
Justo en esa década, se publica un estudio relevante en la materia, “La Enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo”, que tiene en su haber cuatro ediciones, la primera de ellas en 1930, a la que le secundaron tres más en 1971, 1983 y 1998. La que ha sido consultada, es precisamente esta última (actualizada mediante las aportaciones digitales), que consta de cuatro volúmenes, organizados en partes independientes pero interrelacionadas. La obra consta de 105 capítulos en total. La profundidad y amplitud de su cobertura permite a los lectores entender las ideas, conceptos y enfoques relacionados con la SST. Las descripciones están escritas con la mayor claridad posible y el mínimo de terminología especializada. Es la fuente de referencia más completa sobre el tema y una de las publicaciones más importantes y respetadas de la OIT.
Un texto reciente al que es necesario hacer referencia es Salud y seguridad en el trabajo y el papel de la formación en México (con referencia a la industria azucarera), coordinado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2004 como parte de la serie de publicaciones en desarrollo productivo. El estudio tiene como principal propósito la formación de especialistas en la materia, partiendo del aprendizaje, conocimiento y supuestos que da la estructura institucional mexicana.
Centra su atención en el marco institucional, para tomarlo como referente de aprendizaje en el proceso de gestión de una cultura de SST en las empresas en México.
En relación al estudio y enseñanza de la SST, formalmente los posgrados en salud pública inician en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX, como una respuesta organizada de las sociedades industrializadas, para formar recursos especializados a los problemas de salud desencadenados por el desarrollo económico, social, político y cultural de dichas sociedades. Una de las primeras instituciones creadas fue la Academia de Entrenamiento de Posgrado en Salud Pública para Médicos, establecida en 1882 en Múnich, Bavaria; para 1906 en San Petersburgo (hoy Leningrado), el Instituto de Estudios Avanzados ofrecía cursos de Posgrado en Salud Pública; en 1908 la Universidad de Lieja en Bélgica, establece su Instituto de Higiene y Medicina Social, donde también se ofrecían cursos de Posgrado. Para el Continente Americano en 1912 se crea la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard27 y en 1918 la Escuela de Higiene y Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, ambas en Estados Unidos.28 En la actualidad, más de 40 universidades norteamericanas disponen de programas en estas materias para licenciatura, maestría y doctorado.
A nivel internacional, son diversas las opciones que existen para cursar estudios en materia de seguridad y salud ocupacional, y solamente con el propósito de ejemplificar la disponibilidad en el idioma español, se mencionan: el Máster Universitario Internacional en Seguridad y Salud en el Trabajo y Prevención de Riesgos, que ofrece la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, a través de la Escuela Abierta de Desarrollo de Ingeniería y Construcción (EADIC); La Maestría Internacional en “Seguridad y Salud Ocupacional”, que se imparte en el Centro para la Salud Internacional de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich, Alemania, que por primera vez en su historia dicta sus clases principalmente en español desde 2013; y la Maestría Internacional en Seguridad y Salud en el Trabajo, que se imparte en la Universidad Científica del Sur de Perú, a través de su Escuela de Posgrado.
En el caso de México, actualmente la oferta académica disponible contempla diversos programas a nivel profesional en Administración en Seguridad y Salud Ocupacional, que generalmente se cursan en un periodo de ocho a diez semestres de duración, y que tienen como campo de trabajo, desempeñarse como consultor, asesor, investigador o gestor en vigilancia, sanidad, seguridad e higiene ocupacional. A su vez, el profesional puede investigar incidentes y accidentes de trabajo, identificar factores de riesgo, y apoyar la implementación de sistemas de vigilancia, entre otras tareas afines, ya sea al servicio de empresas privadas como de los organismos públicos competentes.
Además, pueden encontrarse otros cursos a nivel técnico, de menor duración, así como especializaciones y programas de posgrado. Destacan al respecto, la Licenciatura en Seguridad Laboral, Protección Civil y Emergencias, así como la Maestría en Ciencias de la Salud en el Trabajo que se imparten en la Universidad de Guadalajara; el Diplomado en Seguridad, Higiene Industrial y Salud Ocupacional, a cargo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; la Maestría en Ciencias en Salud Ocupacional Seguridad e Higiene, del Instituto Politécnico Nacional; la Especialidad en Seguridad Industrial, que se puede cursar en la Universidad Autónoma de Sinaloa; así como la Especialización en Salud en el Trabajo, que se imparte en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Actualmente, el estudio de la SST es un elemento crítico en el incremento de la calidad de la prevención de los riesgos laborales, y fomenta el desarrollo de las políticas públicas y privadas en este ámbito. De esta forma, en los últimos años se está incluyendo el campo de la SST en estas políticas, dándole un mayor protagonismo en los diferentes planes de actuación a nivel regional, estatal e internacional.
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