Los hombres observaron que los imanes naturales o piedra-imán se colocaban por si solos en posición de norte a sur. Eso llevó a utilizar pequeñas agujas imantadas y a la invención d la brújula aprovechada en la navegación para orientarse, pues anteriormente los marinos se guiaban por el Sol en el día y por la estrella polar, situada en el extremo de la Osa Menor, en la noche.
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